
El mundo vegetal: fuente inagotable de nutrientes.
Secciones: Nutrición enero 24, 2015 por 0Al vivir en sociedades con tradición gastronómica esencialmente carnívora, tal vez estemos abusando de la fuente animal de proteínas en nuestra dieta. Algunos dirán que no, e incluso recomendarían una dieta hiperproteica como apropiada y saludable. Pero por consenso, se considera que el total de la ingesta en proteínas de una persona, debe rondar el 12-15%, así como el 25-30% en el caso de las grasas y el 55-60% en el caso de los hidratos de carbono.
¿Qué son las proteínas?
Desde el punto de vista de la nutrición, las proteínas son un principio inmediato (aportan energía) necesario para el correcto funcionamiento del organismo. Sus moléculas están formadas por cadenas de aminoácidos, algunos de ellos esenciales (no los sintetizamos), imprescindibles para la función estructural (músculos, ligamentos), inmunológica, hormonal, enzimática, etcétera. No hay duda de que su déficit podría acarrearnos problemas de salud.
¿Cuáles son las fuentes de proteínas de la dieta?
En el reino animal nos encontramos una fuente directa de proteínas de alta calidad en los huevos, la leche y los lácteos, las carnes y aves, los pescados y productos del mar. En menores proporciones, también nos aportan proteínas todas las legumbres y los cereales, y determinados aminoácidos las frutas y hortalizas. Aunque las proteínas vegetales son de menor calidad (la calidad se mide por la composición en aminoácidos), la combinación de legumbres y cereales (por ejemplo, alubias con arroz) nos aporta una proporción de los mismos de buena calidad.
¿Privilegiar los alimentos de origen animal?
Del reino vegetal es de donde podemos obtener la mayor cantidad de beneficios saludables desde el punto de vista nutricional. Además del elevado porcentaje de carbohidratos que contienen los cereales (trigo, maíz, centeno cebada, avena, arroz, quinoa) y las legumbres (alubias, garbanzos, lentejas, soja), la inmensa cantidad de vitaminas, minerales, oligoelementos y otras sustancias consideradas beneficiosas (como el resveratrol de las uvas, la luetolina de determinadas verduras, los polifenoles del té verde, la genisteína de la soja y un largo etcétera) nos obligan a no albergar la más mínima duda sobre la necesidad imperiosa de practicar una dieta variada y rica en componentes del reino vegetal y no tanto del animal.
¿Del «proteinismo» al vegetarianismo?
Sin necesidad de convertirnos al vegetarianismo, mi propuesta saludable es reducir la cantidad de nutrientes animales para favorecer una dieta mucho más variada de componentes principalmente vegetales. Eso no es sinónimo de erradicar la carne de nuestras costumbres gastronómicas. Como dice David Khayat en «La biblia contra el cáncer», «¡La exageración nunca es buena, salvo si la cometemos de vez en cuando, para darnos un gustazo!»
Diversificar y disfrutar, es mi consejo. Alimentarnos de una manera inteligente y saludable, sin perder la capacidad de apreciar, saborear y apasionarnos por todas las cosas agradables de la buena mesa.
Imagen: ejerciciosencasa
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