Las provincias San Juan y Santiago comparten una singular proximidad geográfica, pero para sus pobladores poder comunicarse tienen que transitar un mínimo de cuatrocientos kilómetros, desplazándose al Distrito Nacional y luego a una u otra demarcación.

La carretera San Juan-Santiago representará una enorme contribución al desarrollo de la economía y el comercio interregional; romperá las barreras de intercambio cultural norte-sur y reducirá el desequilibrio entre ambas regiones.

Esta vía generará nuevas oportunidades de desarrollo económico, de accesibilidad, integración e intensificación de los negocios; de mejora de la competitividad, sobretodo de los pueblos sureños, generalmente rezagados, debido a la deuda social acumulada del Estado y a la falta de emprendimiento empresarial local.

El Presidente Danilo Medina prometió en reiteradas ocasiones asumir la construcción de esta vía de comunicación, indicando que sería una de sus prioridades.  En mi presencia, el mandatario  prometió dicha carretera cuatro veces.

En más de una ocasión llegó a plantear que la carretera San Juan-Santiago sería  “el metro de su gobierno”, aludiendo lo que representó la construcción del sistema ferroviario urbano del Distrito Nacional para el gobierno de su antecesor Leonel Fernández.

Los sanjuaneros seguimos esperando la carretera San Juan-Santiago, porque será la carretera del progreso.

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