
Un Felino En Las Páginas Del Tiempo
En Opinión febrero 26, 2016 porSombras. Brumas. Cielo tranquilo y rumor de brisas en el campo abierto, a la forja aventurera del caminante haciendo techo de palma de moriche y paja entre senderos henchidos de chaparrales.
Cuando al alfeizar de la ventana del tiempo estaba recostada pude ver la otra cara de El Tigre que se adivinaba erguido mirando al cielo en complicidad con la Mesa Guanipense, surcando los mares del espíritu anzoatiguense de nuestra natal Venezuela, expresaba el alma solidaria de su gente como antes nadie lo había hecho, dejando en mi sentir sólida querencia.
Desde donde estoy se puede divisar muy bien la inmensa Mesa de Guanipa, tierra de generosos y gente orgullosa de su tierra y de su herencia, sin poder desprendernos en los pasos del camino el recuerdo incipiente de su gente llana y auténtica, entre pobladores, constructores visionarios consabidos, sin faltar el adelantado cosmopolita prometedor de vida nueva y el inspirado poeta que vuela en labios del viento al encuentro con las memorias del tiempo y en abordaje suave y delicado escribe las páginas pétreas con hebras resplandecientes.
Y al final de los confines la dorada arena llana e inexpresiva como el rostro de un Dios que se extingue al final del horizonte donde el sol vemos siluetearse contra ese cielo bermejo, percibiendo esa armonía que compagina perfectamente entre meditación y poesía, cálido remanso para la paz, por lo que estas sabanas inmensas exigen su máximo respeto.
¿Quién pudiera decirlo que sin poder desprendernos de los pasos del escritor en el recuerdo? Nunca más estaremos solos porque Oficina Nº 1 del inspirado escritor Miguel Otero Silva llegó para quedarse en estas tierras que abrazan cuando el trazo de su pluma viajera al rasgar las páginas de pérgamo le concede suerte de inmortalidad.
En los mismos escenarios como algo insólito la mezcolanza tomada con color por colonias extranjeras formando cuadrillas de obreros venidos de todas partes, con su limpieza muda, sin alforjas y sin sandalias, pero trayendo el corazón repleto de sensaciones nuevas, venidas desde el fondo de la fogosidad inflamada para enraizarse en estas tierras con el amor compartido de una mulata cerrera que era afán de sus insomnios en esas noches tan bellas, cuando asoma la luna llena alumbrando las carpas de lona donde los sueños se entretejen en las madejas del tiempo.
Se transitaba por la década de los treinta, época de sombras aladas, sueños de libertad, vida improvisada para dejar atrás grandes miserias, aquella tarde dorada, un día especial en el santoral del calendario de aquellos años inquietos, parecía dar la bienvenida al caminante errabundo.
Tantas opiniones se han tejido de ciudadanos, historiadores, cronistas y cuántos más intelectuales de talla con diversidad de criterios en lo que se refiere a la fecha de fundación de la ciudad de El Tigre, desde diferentes puntos de vista siguiendo una cronología que disiente entre estudiosos ponderados, pero precisamente este debatir es lo que hace la historia de los pueblos cuando cada quien puede tener la razón al quitarle o ponerle a su manera tallando esas leyendas doradas que forja la fantasía.
Siguiendo el interesante criterio de Don Mauro Barrios, criterio donde el Cronista de la ciudad Don Gustavo Perdomo pareciera coincidir con tan importantes conocimientos históricos, de tal manera que Don Mauro estudioso mesurado y crítico de los aconteceres del ayer en la Mesa de Guanipa ha llevado la historia a punto de pulso y pluma a un interesante relato cuentístico “Guanipa Panta”… Siguiendo el decurso narrativo de Don Mauro Barrios (Q.E.P.D), Versado en este importante acontecer podemos afirmar que desde los felices años treinta se sentía el movimiento de la gente cruzando por estas sabanas inmensas en una extraña y ruidosa procesión.
“Tal como lo había dicho Segundo Guzmán el 2 de enero de 1933 comenzaron a llegar camiones con hombres, equipos y materiales a efectuar las labores preliminares que harían posible que el 23 de febrero comenzara la perforación del Pozo OG-1 (Oficina – Gulf.-1), la explotación petrolera originó el surgimiento de una población que atrajo mano de obra de todas partes del país.
El rostro del tiempo parecía mirarnos desde sus pálidos espejos, en el día del trabajo hacía calentar el alma del viajero bajo los rayos del sol y al llegar la tarde el velo de la noche parecía evaporarse a toda prisa.
El sol empieza a brillar, es bonito cuando se comienza a construir caneyes y ranchos de barro y moriche anarquizando el naciente caserío junto a las carpas ocupadas por los trabajadores del taladro, nos remontamos a El Tigre viejo con balancines y gigantes cabrias al recuerdo de los molinos de viento quijotescos por los caminos de La Mancha.
Ni el sofocante calor del verano, ni el frío del invierno impedirían que el 31 de mayo de 1937 se iniciaran los procedimientos en el Pozo OG-1 en Campo Oficina, pleno casco histórico de El Tigre, fuente de inspiración de escritores y poetas.
Pero el reventón del pozo ocurrió ¡Bendito sea Dios! desde su vientre sonoro el 16 de julio de 1937… Se desparramó el líquido negro.
Vida distinta, intensa y maravillosa se adivina en el campo abierto de naturaleza regia, uveros, mantecos y musculosos alcornoques, llevando en su piel adheridos frondas parasitarias de tiñuelas entre cortinas de fuertes chaparrales pujantes de pelo en pecho, resaltando a semejanza del glauco de Miguel Ángel en la multiflora vegetación, en ninguna parte sino en la Mesa Guanipense el agua vivificante de la lluvia transforma la naturaleza en fértil paraíso.
Mesa de Guanipa de hermosos amaneceres en los caminos verdes, ensueño, belleza, flores, trinos, sonata mañanera te acompaña, afinada garganta coplera de los pájaros ¿Qué inteligencia querida mesa, de la hermosura te surte? Entre flores silvestres, tortolitos y chaparrales te renuevas…
Comentarios
No hay comentarios