
ACTITUD METAFISICA DEL ESCRITOR
En Opinión enero 14, 2016 porTodo texto escrito intencionalmente con cierto propósito artístico, acaso moral o político define nuestro estilo, llevando impresa la huella de nuestra personalidad, la visión espiritual que esos velos azafranados esconde, como también el leit motiv que nos inspira en tan sublime vocación.
Y en el tiempo crucial solo el arte en sus diferentes fases puede expresar la angustia y desesperación del hombre por ser la modalidad única que capta la totalidad del espíritu.
Tomando en consideración la simbología en la producción poética, perfumes, colores y sonidos corresponden con el universo baudelairiano. Para ser cómplice de Baudelaire y emprender la aventura por sus Flores del Mal es necesaria una disposición espiritual donde el conjunto paradójico encuentra su más alto simbolismo en la exaltación del mal presentado no solo como espacio destructor de la hipocresía del bien, sino también paisaje de huida con respecto a las cadenas de la realidad y del tiempo.
Pero el Maestro de Héroes y Tumbas, a quien siempre admiré y admiro, va mucho más allá de la significada simbología cuando afirma de manera enfática: Quizás por mi formación anarquista he sido siempre una especie de francotirador solitario perteneciente a esa clase de escritores de quienes señaló Camus, pues uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen.
Y más osado aun continua Sábato diciendo: El escritor debe ser un testigo insobornable de su tiempo, con coraje para decir la verdad y levantarse contra todo oficialismo, que enceguecido por sus intereses pierda de vista la sacralidad de la persona humana.
Y por qué no decir junto a Sábato que no hay dictaduras malas y dictaduras buenas, todas son igualmente abominables.
Es importante significar el estilo en todo escritor muchas veces definido por la tendencia o corriente a la cual pertenece, en todo caso por mencionar alguno, en Mi Padre el Inmigrante la actitud metafísica del poeta se pone de manifiesto en una sentencia muy Gerbasiana como factor de vida y muerte en aquel verso desconcertante: Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Se puede inferir a lo anterior expuesto que en el mundo todo es pasajero y caduco, toda vez de estar encerrados dentro de la esfera de la mortalidad.
En el mismo orden de ideas pudiera considerar notorio nuestra identificación con el tiempo, el silencio, la justicia y la libertad, siendo un paradigma la creación de mi obra poética y la admiración de aquella biblioteca llameante que llevaba Shakespeare en su espíritu que resucitaba siempre del silencio.
Y puedo finalizar con esto: Siempre me ha gustado saber todo sobre los espejos del tiempo, las caras de la justicia, la libertad en los espacios sin términos y los ecos del silencio, así como muestran la realidad tal cual es, las cosas que fluyen y pasan ilusorias, lisas y cambiantes como nuestras palabras, de hecho cuando escribo visualizo lo que tiene mi alma para reproducir el retrato.
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