
Con raices latinoamericanas y presente de inmigrante, la historia de Jorge
Secciones: Internacionales - Positivas - Sociales - Vida julio 27, 2016 por 0
Italia – Te cruzas con cientos de personas al día y en muy raras ocaciones te paras a reflexionar sobre sus historias, sus vidas, sus dolores, sus pasiones, hasta que durante un amanecer gris y frío alguien que te saluda como todas las mañanas camino al trabajo te dice: «Que tengas una buena jornada», le sonries y continuas camino a tus quehaceres y a tus pesamientos, pero algo ya fue sembrado, una pequeña semilla que poco a poco comienza a brotar, asi, al cabo de unas semanas, te encuentras escuchando la historia fantástica de personas comunes.
Este relato es sobre uno de esos seres maravillosos con los que te encuentras si tienes suerte, un ser particular y sencillo, con sus recuerdos, su sonrisa amplia, con un pasado latinoamericano y un presente de inmigrante.
Jorge nació en El Salvador, a finales de los ’50, llegó a Italia hace cuatro años, donde lo esperaba su esposa, que ya había hecho parte del camino en la península. Dejó familiares queridos, amigos de toda la vida, vecinos y conocidos de solo «Buen día, como le va amigo?». Todo eso quedó en su Salvador, que cuando lo nombra los ojos se le iluminan, no hay dudas que quiere volver, porque como bien dijo: «No hay como su país, acá tengo estabilidad económica, trabajo, pero le repito, no hay como su país y el mio es único» repite orgulloso.
Se puede decir que es un ciudadano del mundo y sus hijos lo prueban, uno de ellos vive en Estados Unidos, la mayor en El Salvador y el más chico en Italia. Si se unen con líneas imaginarias las ciudades en las que habita la familia de Jorge, se puede deducir que son gente con sueños, sin miedos.
Cuáles fueron sus motivos para abandonar tu tierra natal le pregunto y la respuesta que es casi un denominador común entre los inmigrantes, viene dicha despacio y entre suspiros: «Cuestiones políticas, sociales y económicas, una de las tres o las tres juntas te obligan o te empujan (sin obligarte directamente) a salir en busca de nuevos horizontes, de una vida mejor, más tranquila, con estabilidad, pero siempre un pedazo de ti queda allá, donde nacieron los abuelos, padres e hijos». Se encoge de hombros y el gesto de no me doy por vencido vuelve rápidamente al rostro.
Me cuenta un poco la historia de los grupos maras y como funcionan en el país.
Pero -digo y cambiando de tema-el mundo está mutando gracias a los nuevos medios de comunicación y los modernos medios de transporte, todo está más cerca, más próximo. «Si -continúa-regresar a visitar y revolver las memorias es mucho menos complicado de lo que fue para los inmigrantes de fines del 1800, yo, -continúa-estoy en contacto a través del celular con mis hijos y mis hermanos» (tiene cuatro hermanos en El Salvador). «Todo es más fácil pero más doloroso, ya he recorrido bastante tiempo en esta vida, tengo muchas ganas de volver a mi casa» dice y me saluda con su sonrisa simpática, levanta la mano en señal de «Hasta pronto» y continúa con su trabajo.
Un verdadero placer cruzarnos con algunas personas en este camino que es la vida. Encantada de conocerte Jorge.
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