
Necesidad de una Oposición Unificada
En Editorial agosto 13, 2014 porEl Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), considerada como una plataforma política para el Dr. Joaquín Balaguer llegar al poder, se mantuvo ocupando lugares cimeros en la preferencia del electorado hasta que a raíz de la crisis política suscitada en el año 1994, dando al traste con una reforma constitucional que impedía al Dr. Joaquín Balaguer presentarse como candidato. Es así como se abre en el PRSC un proceso democrático en donde ya no solo la figura presidencial debía ser sometida al escrutinio de las bases, sino de que se sepultaba la dedocracia de manera definitiva.
A partir de ahí se despierta un gran interés por personas que si es cierto nunca habían sacado la cabeza, no es menos cierto que aguardaban en el banco de la espera hasta que su líder y guía se cansara del juguetito de ser presidente. Esa apertura sepultó de por vida al Partido Reformista, pues en todos los procesos internos en que participaron sus dirigentes para optar por la candidatura presidencial, quien no salía favorecido por el voto de la mayoría se atrincheraba y no apoyaba al candidato vencedor. Hoy ese partido se ha convertido en un comodín usado por quien lo necesite para asegurarse el billete de entrada al palacio nacional, retribuyéndole luego el favor con 4 conserjes en el tren gubernamental.
Esa por ser la mas corta es la ruta que ha decidido tomar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en donde uno de sus principales protagonistas se ha atrincherado con la simbología y la franquicia, al punto que para no perderla hace cuantas cosas considere necesarias. Ese liderazgo, cuyos principales protagonistas son Hipólito Mejía y Miguel Vargas, entienden que quieren ser ambos presidentes, pero no son capaces de unirse en esa dirección, permitiendo con semejante actitud que otro juegue con los hilos de sus movimientos cual si fuesen títeres de entretenimiento del pueblo dominicano. En las elecciones del año 2008, Miguel era el candidato e Hipólito no le apoyó; en el 2012 Hipólito fue el candidato y Miguel no le apoyó. Hoy, ambos quieren ser presidentes, pero quieren ser el primero, puesto que no confían el uno en el otro, además que ambos conocen la debilidad del PRD en el poder, por lo que nadie le garantiza al que apoye al otro, que tendrá en el período siguiente asegurado su pase para ocupar la silla de alfileres.
Lo cierto es que ahora esa situación de PRD se ha ido al extremo con la salida de sus principales dirigentes que siguiendo a Hipólito Mejía han decidido formar el Partido Revolucionario Mayoritario, despejándole con ello, el camino al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), para que se aseguren el período 2016-2020. Eso es preocupante, la oposición política en países con débiles estructuras judiciales. A la República Dominicana y al mismo PLD les conviene una oposición férrea, fuerte, bien estructurada, que constituyan una amenaza de que al menos descuido de quienes están administrando la cosa pública, serán desplazados del gobierno. Es como la necesidad que tenemos los padres de infundirles a nuestros hijos el temor a la existencia de un Dios que vigila nuestros actos y que a la primera mala que hagamos nos está castigando.
Sin una oposición sólida, los dirigentes medios y de base del partido de gobierno no son valorados ni tomados en cuenta porque se entiende que el partido gana como quiera; sin una oposición sólida, los funcionarios del oficialismo cometen de todo tipo de actos de corrupción porque no albergan el temor a ser procesados; sin una oposición firme, no existen los medios para que las autoridades del gobierno realicen las obras que demanda la población para su desarrollo. En ese sentido, lo que muchos aspirantes les meten como cuco a las bases del PLD de que si Leonel Fernández es el candidato unifica a la oposición, es precisamente lo que mas le conviene al país y a los mismos peledeístas, una oposición unificada que les haga sentir a los gobernantes de turno que sobre ellos está el ojo avizor de quienes les reemplazarían si no hacen bien su trabajo.
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