A pesar de que al Presidente Danilo Medina le faltaban 100 legisladores de 148 necesarios para pasar la reforma constitucional; a pesar de que aun el PLD cohesionado estuviese de acuerdo con la misma y le faltase mas de 20 votos; hay una realidad inexorable y es que Danilo quiere reelegirse y los Comités Central y Político le han dado el apoyo para ello.

A pesar de que mas de 70 legisladores de manera «firme» y «decidida» se la han jugado en solidaridad con el Dr. Leonel Fernández, arriesgándose a ser sancionados por su partido, ya han venido algunos de ellos cediendo y sucumbiendo a los encantos de las mieles del poder; pues en esta vida, todos tenemos nuestros precios, algunos subvaluados, otros sobrevaluados, pero al final como en el mercado todo se compra, todo se vende. Mientras esos «firmes» legisladores hirviendo en una olla se ablandan y sopesan el suyo, ya los votos que se necesitan de la acera del frente están amarrados, no para que voten por la reforma, sino para que ese día se tomen unas vacaciones, de manera que las 2/3 partes sea lograda solo con los votos del partido de gobierno.

Leonel Fernández debe asumir una posición sobre el particular ahora que las circunstancias le permiten hacerlo mediante presión y no mañana cuando solo le quede como única alternativa hacerlo por gravedad. Dicho en otras palabras, bajo las condiciones que ahora en alta puede lograr, y apoyar la reforma para que el actual mandatario modifique la constitución y se presente como candidato. Que públicamente, en su condición de Presidente del Partido le manifieste su apoyo, que le eviten al país al menos el gasto en que se incurre para un proceso de primarias y que lo proclamen a unanimidad como el candidato del partido.

Mas que obvio es evidente que ante dos madres disputándose un hijo, cada una sosteniéndolo  por un brazo sin que ninguna de ellas esté dispuesta a soltarlo, al final la verdadera madre que es a quien mas le duele su hijo, es quien lo suelta para saberlo a salvo aun en brazos de otra.

La repostulación de Danilo no tiene marcha atrás porque bajo ninguna circunstancia piensa ceder aunque ello le cueste las elecciones al PLD, sobre todo porque sabe que Leonel bajo ninguna circunstancia se va a tirar sobre sus hombros un muerto tan pesado como el que lo culpen  de que por haber impedido la reforma para que se presente Danilo como candidato, el partido perdió las elecciones. Hasta a eso le sacaría provecho Danilo Medina porque los peledeístas lo verían como el líder absoluto del partido.

Leonel no solo pedirá a los legisladores «firmes» que le siguen a que apoyen la reelección, sino que en su condición de Presidente del partido caminará palmo a palmo por todo el país apoyando al candidato Danilo Medina; aguantando sobre su cabeza lluvia, sol y sereno para que sea nueva vez Presidente de la República. Hará todo cuanto a su alcance esté para que el partido retenga el poder y el congreso en las elecciones del 2016.

Hay un problema, si el PLD cohesionado, con Leonel con mas del 70% de aprobación de gestión encabezando un frente de campaña, el gobierno gastando todos los recursos habidos y por haber, el mismo candidato en las calles como perro sabueso detrás de su presidencia, Margarita, Félix y el Vicepresidente recorriendo el país pulgada a pulgada a favor de una candidatura a la que muchos le llamaron «Jesucristo» porque nunca pasó del 33% y que con «maletín de facturas» y todo apenas logró el 37.73% a favor de su partido, logrando ganar las elecciones con el favor de los partidos y movimientos aliados que le aportaron el 13.48%.

Ahora, esos aliados poco a poco le han venido «sacando los piés» al PLD, ante las pretensiones de continuidad de un gobierno que muy mal les ha pagado; un PRM unido con un candidato joven, que conecta con la juventud y las mujeres, con un discurso coherente y sistemático, que con sus acciones suma y suma, no bota sus votos, un agente aglutinador que adhiere a su proyecto otras fuerzas, decidido a hacer lo que tenga que hacer para sacar al PLD del poder.

El potencial candidato del PLD estará como la arepa, con candela por arriba y fuego por abajo. El próximo mes de junio se vence el plan de regularización de extranjeros; este país está abarrotado de ilegales a los que el gobierno debe tomar la decisión de deportar masivamente o hacerse el loco; si deporta, lo jode la comunidad internacional, si no deporta, lo hace el pueblo dominicano que espera una respuesta contundente del gobierno en esa dirección. Por otro lado, lo que hasta ahora se había convertido en una luna de miel del Presidente con el pueblo, empezará a revertirse en su contra con las acusaciones de corrupción en un gobierno en el que familiares muy cercanos del Presidente ya no saben lo que van a hacer con tanto dinero.

Por otro lado, si es cierto que el candidato recibiría el apoyo del Presidente del partido, Dr. Leonel Fernández, no es menos cierto que mas de la mitad del partido se quedaría de brazos cruzados porque no tiene nada que defender ni nada por qué luchar, ya que sus expectativas de acceso al gobierno quedan mutiladas y no van a trabajar para reelegir a los mismos funcionarios y seguir haciendo mas ricos a los familiares, amigos y relacionados del actual mandatario.

Ante esa realidad, no hace falta ser un analista político para darse cuenta que con tantos frentes abiertos, el PLD perdería las elecciones del 2016, mas de 700 mil peledeístas irían a la calle y nunca le perdonarán (ni ellos ni sus familiares) a Danilo Medina que por su ambición desmedida de quedarse, por su necedad de imponer una reelección que a todas luces es traumática e innecesaria, estarán en la oposición; porque él y solo él será el responsable de la derrota del PLD, quedando Leonel como líder absoluto e indiscutible un partido, al que podría mandarse al banquillo de la espera por 8 largos años.  ¿Aun están a tiempo de recapacitar?

Muchos Danilistas estarán haciendo «piquito» con este artículo, sin embargo, les exhorto a que lo guarden en sus archivos personales para que no digan que alguien no fue capaz de ver mas allá de la curva en donde se estaba produciendo un pecado sin provecho.

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