
VENIMOS DE LA NOCHE Y HACIA LA NOCHE VAMOS
En Opinión agosto 21, 2014 porTraigo en noble estampa el contexto lírico vanguardista de Vicente Gerbasi cuya temática es bien extensa sin embargo por razones de espacio transitaré a vuelo rasante y de manera somera por estas cumbres literarias.
El objetivo del análisis crítico pone de relieve el momento histórico literario de un Escritor que se ha distinguido como uno de los máximos representantes de la Lírica Vanguardista de nuestro país, nos referimos en esta oportunidad a Vicente Gerbasi, enalteciendo con su nombre el acontecer poético venezolano
Permítanme ubicar el tema en su verdadero contexto. Al finalizar la primera guerra mundial en 1.918 surge una gran crisis universal de carácter espiritual que cuestiona todos los valores culturales anteriores, de tal manera que el hombre va a dar una respuesta distinta a la crisis existencial a través de diferentes tendencias literarias y artísticas que se designaron como corrientes vanguardistas.
Es importante significar que Venezuela no seria una excepción al resurgimiento de la poesía de vanguardia, sintiéndose la influencia surrealista entre los integrantes del grupo viernes al que perteneciera Gerbasi.
Pero ¡un momento! antes de pasar la pagina es importante señalar que Vicente Gerbasi vio la luz del mundo un 2 de junio de 1.913 en las montañas de Carabobo en la bucólica aldea de Canoabo cuyo paisaje ha estado reflejado luminosamente en sus versos.
Y solo puedo decirles con palabras literarias que Gerbasi se fue a estudiar a su Florencia amada donde tuvo la oportunidad de palpar los territorios del Dante de La Divina Comedia para forjar en su mente la realidad compleja de su creación, pero la muerte de su padre el inmigrante, inspiración de su poesía lo obliga a regresar a tierra venezolana, donde debió afrontar la dureza de la vida, que jamás borraría su sonrisa.
Vicente Gerbasi es la voz del hijo del inmigrante, es la inquietud de los interrogantes metafísicos, es el reflejo de la filosofía existencial, de la lírica vanguardista es hermetismo, congregando en todos sus aspectos: confusión, vaguedad, angustia, inconformidad, la soledad del hombre actual abriendo de par en par las puertas del subconsciente y del inconsciente.
Y por qué no decirlo que Vicente Gerbasi consolidó con los ángeles el extraño equilibrio en la virtualidad del alma y el permanente encuentro con Dios, porque para concebir su poesía necesitaba tener allí el infinito al alcance de su mano… Déjenme expresar en este instante una de mis frases que se perfilan a perfección con lo anterior: ¡Oh! Dios con aquellas vivaces fugas.
Alguien pudiera preguntarse entonces ¿Si bajo el candor y la irreverencia de su poesía, Gerbasi no llegaría a alcanzar el exilio espiritual? ¿Quién pudiera decirlo? Tan solo sé que hay poesías que no pueden ser explicadas con palabras… y es que la poesía de Gerbasi no sería la excepción al ser producto de su interior en la complejidad creativa cuando así reproduce el verbo de la naturaleza con sus enumeraciones caóticas, con su actitud desconcertante ante el cosmos y la determinación en el tiempo como factor de vida y muerte, organizando el espíritu en silencios que estallan en el infinito, en “La Vigilia del Naufrago” o en “El Bosque Doliente”
Ya nos preguntaba el poeta: ¿En qué edad vivo ahora que atravieso esta soledad de fuego? Inmerso en el silencio desconcertante por la ausencia del padre podrá encontrar respuesta en el interior del Espíritu…
En el año 1.969 con su obra “Poesía de Viajes” gana el premio nacional de literatura y en la continuidad prolífica de su obra pudo este escritor dirigir la revista nacional de cultura hasta el día en que viajo al cielo en 1.992.
Gerbasi hace su despegue hacia el infinito incógnito queriendo explorar la continuidad de la vida como lo dijera en su poema, “Venimos de la noche” es decir, rumbo a la muerte, hacia otra noche.
De tal manera que al escribir sobre “Mi padre el Inmigrante” puedo repetir junto a Gerbasi aquel leit motiv eternizado “Venimos de la noche y hacia la noche vamos”
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