
La revolución cultural de Hostos
En Opinión febrero 22, 2016 porEugenio María de Hostos impulsó una singular revolución cultural en la República Dominicana, a través de gestar la profesionalización del magisterio, la promoción de un paradigma instruccional desmarcado de la tutela religiosa y la construcción de un modelo educativo nacional ordenado, sistemático , crítico y emancipador.
Hostos era un promotor de la escuela laica, es decir, la separación de los centros de formación de los individuos de la guía religiosa, porque ataban a los sujetos a las cadenas del oscurantismo.
Su paradigma de enseñanza encuentra actualidad y pertinencia, en momentos en que la escuela dominicana se encuentra prisionera de los dogmas religiosos. En el país, a los ojos de todos, existe un control ideológico del sistema educativo nacional por parte del catolicismo, como religión “oficial” y “mayoritaria” de la nación.
La iglesia católica no solo impregna todo el basamento filosófico-conceptual del currículo, sino que directamente administra más de trescientos establecimientos educativos en los niveles inicial, básico, secundario y universitario. Estos centros educativos, bajo el control religioso, están diseminados en toda la geografía nacional.
los aportes del maestro Eugenio María de Hostos a la sociedad dominicana, podemos esquematizarlo en el siguiente decálogo:
1- Formó la primera escuela de formación profesional de maestros, para promover la enseñanza racional en la República.
2- Fue el gran inspirador de la juventud dominicana, a los que contagió con sueños de emancipación intelectual, profesional y política.
3- Fue un profeta de la ciencia que se alzó en contra del dogmatismo religioso.
4- Fue un propulsor del liberalismo social y político, coincidiendo en esta perspectiva con Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Espaillat y los otros liberales de la centuria antepasada.
5- Le imprimió racionalidad a la praxis educativa, confiriéndole sentido y pertinencia científica, moral y ética a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
6- Contribuyo a la formación integral del pueblo dominicano, porque su discipulado prosiguió abonando con sus enseñanzas a toda la sociedad.
7- Impulsó la utopía de la hermandad y confraternidad antillanista.
8- Con su discurso promotor de una educación laica, desmarcada de la ideología religiosa, potenció una perspectiva crítica y liberadora de los sujetos sociales y de la escuela nacional.
9.- Fue propulsor de la liberación femenina, a través de la educación científica y humanística de la mujer. Fue el gran inspirador y acompañante de la insigne Salomé Ureña, generando una revolución cultural de gran impacto.
10.- Fue pionero en el estudio de la realidad social dominicana, a partir del riguroso análisis científico, sentando las bases para el inicio de las ciencias sociales, muy especialmente la filosofía, la ética, la sociología, el derecho y la pedagogía.
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