Es un extraordinario best seller cuyo autor es el Doctor Eben Alexander quien experimentó un coma tan cercano a la muerte, y es lo más indescriptible que he podido leer en este tipo de literatura.

En LA PRUEBA DEL CIELO nos cuenta el Neurocirujano que en sus años de ejercicio había oído variados tipos de relatos de sus pacientes, pero como médico y conocedor de lo científico no daba crédito a lo que consideraba hechos de la fantasía, pero al caer en un coma por siete días vivió una experiencia increíble cuando desembocó no precisamente en un túnel, sino en un valle estrecho, oscuro, para luego llegar a otro con una luz espléndida con unos colores indescriptibles, un sitio maravilloso, reconfortante y lleno de amor, de hecho dice no tener miedo a morir por estar tan seguro que no es el final.

Filamentos de luces blancas y doradas surgen en la vastedad oscura y la disuelven, emerge un sonido viviente que jamás en lo terreno conociera, el sonido cobraba fuerza a medida que descendía una luz pura y blanca teñida de matices dorados y en el centro de la luz apareció una puerta, surgiendo un ruido similar a una racha de viento, logré atravesar la puerta y me encontré con un mundo nuevo, el más extraño y hermoso que jamás hubiera contemplado, brillante, extático, asombroso, aunque use muchos adjetivos para describirlo, mis palabras se quedarían cortas, mejor dicho no existen para explicar la felicidad que se siente.

El autor afirma que penetrar a ese núcleo es la seguridad más grande y nada puede separarnos de Dios, afirmando que sintió una tristeza extrema cuando se le ordenó desde el alto cielo regresar a la tierra donde se mezcla el bien y el mal, ese día que debía regresar y se me cerraron las puertas de lo eterno, sentí un pesar que no había conocido hasta entonces, las emociones son distintas allá arriba.

Nuestro yo en aquel lugar es auténticamente libre y no necesita de fama, riquezas o conquistas para crecer y ser feliz porque nuestro yo espiritual genuino conforma el mismo tejido del Reino Espiritual, siendo Nuestro Dios la perfección del universo, Él nos conoce a todos y nos ama profundamente, Un Creador cuya capacidad de protección y cariño supera nuestra capacidad de comprensión, y esta es la verdad que no debe seguir en secreto, pues es el lugar donde se percibe la intensidad de un amor incondicional.

Ya algunos pensadores han afirmado que su respuesta se encuentra más allá del alcance de la ciencia.

Prosigue el Doctor Alexander afirmando que su periplo durante los siete días del coma, lo llevo hasta la esplendorosa morada del Creador, revelándole el abismo indescriptible que separa lo humano del asombroso Reino de Dios donde encaja a perfección nuestras vidas en el gran tapiz de la existencia para la eternidad.

Y finalizo con esta maravillosa expresión del autor: “Mi gratitud especialmente para Dios carece de límites…”

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