
“Con la boca llena de hormigas”: Relato honesto para la vida del ser humano.
En Opinión agosto 16, 2015 porPor Edmundo Herrera*
En el Encuentro Internacional de Escritores de las Dos Orillas, en Punta del Este, Uruguay, conocí a Rafael Pineda, Ministro Consejero de la República Dominicana en Uruguay. Conversar, conocernos, hablar de escritores unió una amistad fraternal entre nosotros. Hoy, en Chile nos volvemos a encontrar en la Feria Internacional del Libro en Santiago. Me trae Con la boca llena de hormigas, Ediciones Botella al mar, Uruguay.
Él vivió en Chile y durante el golpe militar fue detenido y torturado por los golpistas perversos y sangrientos.
Es un escritor con trabajo literario. Desde la poesía, testimonio, ensayo y otros trabajos llega a mí esta novela. Un autor que entrega la visión de su existir. Al leerlo un aire fresco entra al corazón, Rafael Pineda relata a través de Amarillo Florián, alias Obispo. Comienza y termina el personaje central contando sus experiencias. San Juan de la Maguana, además es el pueblo de nacimiento de Rafael. Un registro imaginario que cuenta verdades y sentimientos, ágil, vertiginoso, claro, dominador del lenguaje y de las imágenes que circundan el correr del relato.
Hay en su expresión la visión de la gente de su país, tanto individual como colectiva. el personaje antes de morir relata hechos de diversas anécdotas que Rafael pinta con trazos agudos y conocimiento.
Este no es un libro más, sino un retrato de luces y sombras muy bien logrado. un realismo tropical nuevo pues la vida y la muerte conviven. Sus capítulos a veces son parte de la novela, pero tienen el rasgo de ser cuentos certeros y bien logrados. Hay un halo poético que va en ellos sin esfuerzos.
Rafael Pineda es un poeta cabal en su manera de tratar cada capítulo. Un aire de alegría o dolor cruza las páginas del libro, pero la rebeldía está presente frente a las injusticias y frente al abuso de los que ostentan el poder. Tito Alvarado, desde Montreal, Canadá, señala que una vida se justifica si ha luchado, y aquí aparece la batalla porexistir de su pueblo. El escritor está comprometido con las vidas de estos seres que aparecen y desaparecen frente al acontecer.
El Obispo cuenta, desde el primer capítulo, costillas rotas, piernas destrozadas, cómo fue asaltado, golpeado por dos mercenarios y derrama sangre por boca y nariz; en medio de la lluvia creció y se crio entre pequeños parceleros, obreros agrícolas, profesores, pedigüeños y otros de oficios diferentes: los chiriperos. En el barrio vivían pendiente de los políticos. Peña, enemigo del partido gobernante, donde la mayoría de los funcionarios eran corruptos, era un librepensador y los enredos políticos Rafael –como el Obispo- los relata con claridad y vehemencia; en esos días el acercamiento del huracán era la preocupación primordial. Así Deseado Feliz, dueño de un negocio próspero, con su espectacular mujer, hijos estudiosos, visas norteamericanas, gruesas cuentas en los bancos, vehículos de lujo, buscaba la evidencia del engaño de su mujer. De Jack Veneno, el plomero-electricista, encontró pequeños papelitos donde le exigía a MARIS. Le acudió el odio, bebió hasta el amanecer y consagró su desgracia.
Un relato ágil, rápido en la sugerencia. Cuando visita al cura, el padre Pedro era un tigre de marca mayor y acechaba a la mujer. Corría el rumor de que se encontraba con la hija y la viuda del alcalde. Además el día de su despedida le salieron al paso los hermanos amenazadores…los maricones se acuestan con niños. Los sacerdotes pederastas se muestran piadosos y los fieles los aceptan sumisos en la iglesia.
El Obispo cuenta que nació en pleno apogeo de la dictadura de Trujillo y creció en la de Balaguer (en Chile conocemos mucho a los dos). Recuerda a su mujer que vive en Holanda o Suiza, no sabe bien.
El relato es veloz, bien armado. Con la boca llena de hormigas recuerda a un sindicalista, un revolucionario. No olvida a sus amigos como Zoilo Ramos, hombre valiente, recto que guio en muchas batallas.
Rafael es un escritor que relata al correr de la pluma. Tal vez con él se abra el horizonte para que otros escritores puedan querer contarnos lo que ha permanecido oculto. Es necesario saber como las dictaduras y el poder ha sojuzgado a los hombres en América. la novela tiene ese camino abierto en la República Dominicana.
Con la boca llena de hormigas atrae. Si otros escritores como García Márquez o Juan Carlos Onetti y muchos más crean pueblos, Rafael Pineda enriquece la visión de San Juan de la Maguana. Su testimonio nos conmueve porque hay un realismo poético, una visión desde adentro mientras el dominó sigue sobre la mesa. Los escritores tienen el deber de contar la historia agregándole esa clase de magia tan necesaria para vivir.
Al leer este libro no nos aproxima a la realidad, entramos en ella para empaparnos de las vidas que han sido con otros nombres. Cada capítulo de ella nos entrega antecedentes que van conformando el corpus vital de la trama: la mosquita blanca, mi compadre Ovidio, ese rayo de la lujuria, la consecuencia de sus actos. Además hay dichos del habla popular que expresan con naturalidad, como el lenguaje de sus paisanos. Es un libro iluminador de la realidad mágica, un relato honesto de ese mundo. Mitelia Valdez y su familia, en el embrujo de las ciguapas, las comadronas y sus creencias. Una novela llena de personajes inolvidables. Creo que va a marcar un hito en la literatura dominicana, no solo por estar bien escrita, sino por el aporte al desarrollo de la literatura porque su mirada penetra en el fondo de lo que son nuestros pueblos americanos. «No es lo mismo llamar al diablo» y todos los capítulos que iluminan la armazón de la novela entretienen, pero entregan un universo rico en expresiones, rebelde, excitante, punzante, claro, sin complicaciones ni oscuridades. Certero en pocas pinceladas, incisivo para la denuncia de las dictaduras. Feliz al pintar los que tienen los «adorados billetes verdes» abre historias prohibidas.
Pienso que Rafael ha escrito una novela necesaria para República Dominicana porque así se limpia el aire que respiramos. la única manera de limpiar cicatrices es contarlas, así el corazón puede vivir mejor. Sabemos que los seres humanos no viven solos, otros van a nuestro lado, otros siembran, cosechan, muelen, hacen el pan de cada día y esos merecen el cielo en la tierra no el golpe ni la explotación.
Otra de las cosas admirables de esta novela es que está escrita en libertad y belleza que iluminan cada capítulo. No se apura, lento, seguro, escribe limpio el dolor y la muerte. Las angustias calan hondo.
Creo que vamos a presentarla en Chile: en la sede Central de los Escritores Chilenos o en Isla Negra, la casa de Neruda, para que sea conocida en Chile. Escritor vital, Rafael merece que le entreguemos un afecto grande de cariño y hermandad.
Un abrazo grande a mi hermano de sueños.
¡Qué la poesía nunca lo abandone y sigamos recibiendo el sol de su creación!
Refugio de los Pájaros, Azul.
Villa María Sur. La Florida, Chile, primavera de 2013.
• El autor es poeta. Ex presidente de la Sociedad de Escritores de Chile y autor del discurso
ante la tumba de Pablo Neruda.
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