
Y NUESTRAS CREENCIAS… ¿DONDE QUEDARON?
En Opinión marzo 19, 2015 porAprovechando la cobertura que precede a La Semana Mayor un monólogo interior en voz alta me impulsa a exclamar iracunda, que hoy La Casa de Lo Absoluto sea el blanco de los abusos como si la intención luciferina lo guía a hacerlo.
A propósito de La Iglesia Católica, esa Apostólica, romana y de sus Ministros, de Eterno Testigo y Dimensión Macra, de Inteligencia Superior y Principio Vital no sean respetados cuando la fe en un momento crucial se ha resquebrajado.
Volviendo a los tiempos del pasado traigo al recuerdo aquellos momentos cuando los verdaderos valores estaban bien afianzados comenzaba a producirse desórdenes estudiantiles en el viejo Liceo Guanipa, los alumnos en actitud de fiebre y de locura en su conmoción volcánica lanzaban epítetos contra el profesorado y desde el fondo de la misma confusión aquel baluarte profesor Jesús López Castro QEPD, Excelente Maestro se dirige a la apiñada muchedumbre con esa calma que siempre lo caracterizara y exclama con voz firme y audible, El día que el Maestro sea enemigo de los alumnos estaríamos en fin de mundo… De pronto se produjo una gran corriente hacia un gran silencio cuando el salvaje tumulto se vio completamente desarmado.
No obstante, basada en la sabiduría de aquel axioma y más allá de la sombra de la duda hoy pensamos de la misma manera porque el día que los Guías Pastorales, Misioneros, Religiosos y Prelados de la Curia sean enemigos del ser humano, reitero lo dicho por el Insigne profesor, estaríamos en fin de mundo.
Ojalá dejemos a un lado estas indolencias desenfrenadas contra la fe y la Sabiduría que EL GRAN TODO un día inspirara, pero… Por Dios…! De no ser así, la desesperanza del camino será grande, sería como ver una nueva Sodoma y Gomorra, será ver el infierno en la tierra, será revivir lo de Caín y Abel, se anarquizará el mundo en un desenfreno total con un final catastrófico.
En lo que a nuestro país se refiere jamás se había experimentado una etapa tan traumática donde la misma Iglesia es víctima de la implacable violencia.
Pensamos en voz alta, detonantes con furia telúrica, pasión, tiempo, crimen, eternidad y demencia cuando la violencia pisotea la justicia dirigiendo su ataque desde bastidores, me pregunto, ¿Cuánto dista la sinrazón de la razón?… La pérdida de valores conduce a grandes zancadas su tarea corrosiva.
Miramos el mundo en enigmática hondura y nos resistimos a creer que ese valor espiritual se degrada fulminando las verdaderas creencias que desde época temprana estaba tan afianzada, siendo la Iglesia guía espiritual y regeneradora de la fe cristiana.
Las palabras de Dios no pueden ser contradichas por el hombre, entonces no se puede continuar en esa degeneración espiritual en un proceso intimidatorio contra quienes han sido bastión de la fe.
Es momento de emprender una gran cruzada de hermandad empalmando acciones paralelas que conlleven a la reafirmación de la fe y los valores cristianos.
Me encantaría terminar esta entrega de hoy junto a Paulo Coelho cuando afirma que el mundo tiene un alma y quien verdaderamente la conoce entenderá el lenguaje de las cosas…
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