
HECHURA POR PARTENOGENESIS
En Opinión marzo 13, 2015 porAl tratarse de Vulcano el hijo contrahecho de Juno en nuestra entrega de hoy es conveniente aclarar que su concepción se produjo sin la relación de la Diosa del Olimpo con ningún varón toda vez de concebir el hijo deforme tratando de emular a su esposo Júpiter quien sin concurso de mujer alguna hizo nacer de su cerebro a Minerva.
Y así nació el Vulcano maltrecho, cabezón y patizambo, también chato y jorobado, pero… Por Dios…! Le cubría todo el cuerpo un vello hirsuto y negruzco de puerco espín que producía repulsa, y cuando el Dios del Olimpo vio al Vulcano partenogenético tan horroroso lo tomo de una pierna arrojándolo desde lo alto del Olimpo, el indefenso fue a caer a la Isla de Lemnos, y para colmo de sus males quedó cercenado de la misma, cojo debió caminar a grandes zancadas el resto de su vida inmortal, en todo caso la deformidad no sería escollo para el trabajo afanoso, de tal manera que el Dios se hace dueño de múltiples talleres, por supuesto el gran Gerente dentro de los volcanes tendrá a su disposición docenas de Cíclopes y en el diario trajinar de la jornada el humo de las fraguas salía por los cráteres y continuamente se oía los golpes de martillos contra yunques.
A pesar de sus tantos defectos Vulcano era tan habilidoso que fabrico los rayos de Júpiter y diseño el escudo de Heracles, pero una de las faenas más difíciles fue forjar las armaduras invulnerables de Aquiles y Eneas, también los Címbalos de bronce, espantoso fragor que hizo salir del bosque a las Estinfalides
Por ser además excelente Orfebre modelo con supremo arte a Pandora, la primera mujer sobre la haz de la tierra.
No obstante, el Dios maltrecho no podía dejar pisoteado su honor y cuando la Diosa Venus desprecia sus requerimientos amorosos, Júpiter la castiga y la obliga a contraer nupcias con el deforme Vulcano, el Dios feo, fuerte y formal se envanece, y con razón…! Acaso no recibe por esposa a la más bella y deliciosa de las mujeres Divinas, la insatisfacción de la mujer hermosa la conduce frecuentemente al engaño furtivo, Vulcano se hace el desentendido de las infidelidades Venusianas, sin embargo piensa tenderle un ardid para dejarla al descubierto, forja de esta manera una fuerte red al lecho conyugal y simula un viaje, Venus no pierde oportunidad y llama al Dios de la Guerra, su amante de turno, de pronto quedan prisioneros de la red en la deshonesta acción, Vulcano repudia a la infiel esposa, llama a todos los dioses del Olimpo para que sean testigos de la vil traición, pero al final acabo perdonando como así perdonan casi siempre los maridos engañados cuando la mujer es lo suficientemente hermosa.
A pesar de sus candentes celos el grotesco dios no se queda atrás como Don Juan, cojo, deforme, peludo y sudoroso por el calor de sus fraguas, según versiones un poco malévolas no fue el maridito modelo pues tuvo infinidades de relaciones extramaritales, con mucha razón justificamos aquel axioma al decir que las apariencias engañan…
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