Roma – Es el policial no resuelto por excelencia, aquel de Jack el Destripador. Es como un verdadero Cold Case, que se llega a la verdad después de tantísimos años. Nada menos que un siglo. Nuevos estudios habrían individualizado la identidad del homicida que aterrorizo la Londres victoriana: se trataría de un inmigrante polaco de 23 años: Aaron Kominski, nombre que ya en la época de los delitos estaba en la lista de sospechosos de la policía.

El inspector Donald Swanson, a cargo de las indagaciones, escribe de Kominski en sus apuntes: “Es un hebreo polaco, de clase baja, que vive con su familia en Whitechapel, la zona tristemente reconocida por ser un barrio degradado, pobre y teatro de los atroces delitos del asesino”. Los apuntes, fueron donados por los descendientes de Swanson al Museo del Crimen de Scotland Yard, en el 2006, como así también un escrito del asistente del inspector, Sir Melville Macnaghten, que de Kominski dice: “Tiene un gran odio por las mujeres … con fuertes tendencias homicidas”. Sin embargo la responsabilidad de Kominski nunca fue probada. El presunto asesino muere impune, en 1899, en un manicomio, después de haber contraído gangrena en una pierna.

El descubrimiento es descripto en un libro a punto de ver la luz en las librerías de Inglaterra en estos días, que utiliza nuevos análisis históricos, pero sobre todo nuevos test de DNA encontrado en un chal que parece haber pertenecido a una de las victimas del homicida, Catherine Eddowes, asesinada el 30 de septiembre de 1888, y que el autor Russell Edwards ha adquirido en una subasta en el 2007. “He trabajado en la investigación por 14 años y definitivamente se ha resuelto el misterio de la identidad de Jack el Destripador”, afirma Edwards.

Imagen: Wikipedia.