El pasado miércoles 27 de los corrientes, se produjo en la Dirección Regional Oeste de la Policía Nacional con asiento en San Juan, que dirige el general de brigada Aquino Radhames Reynoso Robles, un hecho de trascendental importancia y que lejos de producir el efecto deseado, convirtió en víctimas a los victimarios.

Los rasos Yorki Rosario Pérez y José Manuel Ramírez Díaz (según el cuerpo del orden), en fecha 28 de marzo de  este año, mientras componían una patrulla policial se presentaron al sector El Cepillo de  la ciudad de San Juan de la Maguana, al lugar donde -supuestamente- opera un punto de venta y distribución de drogas.

En el lugar apresaron a la persona que operaba dicho punto, a quien le ocuparon 150 bolsitas de distintos tipos de drogas (Cocaina, Marihuana y Crack), un revolver de datos desconocidos, así como 14 mil pesos en efectivo, procediendo mas adelante a despachar al detenido, quedándose con todo lo ocupado.

Sin embargo, según la uniformada, el distribuidor llamó vía telefónica a los agentes en cuestión, para que estos le devolvieran la droga y el revolver ocupado y se quedaran con el dinero, a cambio de 6 mil pesos más, accediendo los agentes a esa petición, pero con la salvedad que sólo le devolvieron 90 de las 150 bolsitas de la droga ocupada y el revolver de referencia.

Luego de comprobarse la responsabilidad de los agentes en tan abominable hecho, el Director Regional Oeste con asiento en San Juan, General Reynoso Robles, movido por la euforia del momento o tal vez por los créditos que semejante «palo policial» le asignarían, convocó a la prensa local y nacional, en presencia de quienes y todo el país (a través de sus pantallas) despojó de sus uniformes a los rasos involucrados.

Al escuchar al general decir que hace 44 años se inició como conscripto, ganando apenas 55 pesos mensuales, puedo colegir dos cosas: la primera que se hizo general a «puro coñazo» y no es académico; y lo segundo que no actuó por maldad, sino por ignorancia e inobservancia de la normativa legal por la que se rige esa institución; pero mas aún la repercusión que podrían tener sus desacertadas e imprudentes acciones, bajo una flagrante violación a los derechos humanos, consagrados en nuestra constitución y los tratados internacionales que versan sobre la materia.

Del mismo modo ignora el alto oficial, que los rasos en cuestión no hicieron mas que lo que aprenden de sus superiores, cuando por todos es sabido que cuando las agencias anti drogas dan un «tumbe» al crimen organizado, éstos envían un emisario a re-adquirir la mercancía involucrada, pagándola en efectivo y a mitad de precio, cuyo dinero resultante es el que lleva a muchos generales a que con un salario de 43 mil pesos mensuales vivan como reyes.

Sin darse cuenta de ello, el general lo único que ha logrado ha sido convertir a esos agentes de victimarios en víctimas, y entregarles un certificado que los gradúa y acredita como lo que él está repudiando, ya que ningún empresario en su sano juicio puede nombrar en su empresa a una persona con semejante hoja de vida.

Te invitamos a ver el video, cortesía de nuestros amigos de «Las Calientes del Sur».

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