Las recientes declaraciones del vocero de la presidencia dominicana, Lic. Roberto Rodríguez Marchena, en las que expresa que el gobierno de Danilo Medina es quien ha estado detrás de las persecuciones «judiciales» a las que han sido sometidos altos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y ex-funcionarios del pasado gobierno encabezado por el Dr. Leonel Fernández; son para que en un país en donde la prensa no esté doblegada por el gobierno, se haya armado un revuelo cuyas consecuencias serían catastróficas y dignas de lamentar.

Sin embargo, un hecho tan trascendental quedó ahogado en el mutismo absoluto de los incondicionales serviles al inquilino de la casa rozada, quienes usufructúan altos salarios por servicios que no prestan a las instituciones que les pagan; pero que ponen sus medios y opiniones a merced de sectores encumbrados del gobierno para enlodar reputaciones de personas que han incidido significativamente en el real desarrollo de esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella.

Al ser cuestionado por el veterano periodista Huchi Lora, en el sentido de que el actual gobierno no ha encaminado medidas tendentes a combatir la corrupción administrativa, Rodríguez Marchena manifestó que el Ministerio Público es dependiente del poder ejecutivo y como tal recibe las órdenes de éste y que las acciones que actualmente lleva a cabo en contra de algunos ex-funcionarios, son patrocinadas por el ejecutivo. Hay que actuar con ojo avizor, pues como dice el viejo Voltaire, «es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado».

Es evidente que la doble moral es un activo que cultivan algunas personas que se pintan ante el pueblo como «los salvadores del país», simulando ser los protectores de los pobres, brincando charcos en visitas domingueras con un maletín en las manos cargado de demagogia y anestesia, vendiéndoles sueños a ignorantes infelices que son sorprendidos en su buena fe.

Lo que era un secreto a voces pero que nadie se atrevía a aportar las pruebas, queda al descubierto por un hombre del aposento del señor presidente de la república, a quien pone en evidencia y deja al descubierto con sus infaustas declaraciones. Huchi Lora, mejor trabajo no pudo hacer aunque haya sido contratado por alguien para tales fines. Este país debe despertar del letargo en el que ha sido sumergido y reflexionar si lo que tenemos es lo que merecemos. Quien se presta a bajezas como las que en los últimos meses se han suscitado en este país solamente por la desmedida ambición de permanecer en el cargo, no merece nuestra consideración, nuestro respeto, pero sobre todo no merece nuestro voto.

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