
Que los EE.UU manden allá y nos permitan a nosotros mandar aquí
En Editorial noviembre 24, 2022 por“Quien paga es el que manda”, es un refrán popular utilizado en América Latina para referirse a que el dueño del poder impone y los subordinados cumplen. A partir de la salida del presidente Trujillo de la administración del Estado, ha sido recurrente de manera directamente proporcional con el tiempo, la dependencia de la República Dominicana, de los Estados Unidos, tanto por las «ayudas» que de ellos recibimos, así como los interminables financiamientos de los que constantemente nos hacemos deudores; de tal modo, que ellos sienten la sensación de propiedad de una finca en El Caribe, con 4,844,200 hectáreas, 10 millones de subnormales como obreros dirigidos por un capataz quien cambian cada 4 u 8 años.
Desde hace décadas hemos venido padeciendo la injerencia de los Estados Unidos en temas inherentes a nuestra nación y que solo a nosotros nos compete; algunas veces con cierta prudencia, otras (como las producidas en la última semana) con indumentaria de procacidad. Si por pusilánimes se lo hemos permitido, hoy pagamos con humillaciones y desconsideraciones nuestra carencia del patriotismo, carácter y la determinación que nos legaron nuestros padres fundadores.
El pasado sábado, la Embajada de Estados Unidos, se permitió la osadía de tergiversar algunos acontecimientos que se han estado produciendo en nuestro sistema migratorio, alertando a sus ciudadanos que planean viajar o se encuentran en en República Dominicana de que podrían enfrentar incidentes relacionados al racismo por parte de las autoridades de Migración de este país, quienes maltratan y someten a torturas y vejaciones, a personas de color negro (en algunos casos sin respetar sean o no ilegales), lo que podría afectar a sus ciudadanos de tez oscura. Unas declaraciones tan infames como temerarias.
Como si eso fuera poco, en el día de ayer, el encargado de negocios de la embajada, Robert Thomas, al participar en el almuerzo convocado por la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (Amchamdr), celebrado ayer en el Hotel Embajador, arremetió fuertemente contra el pueblo dominicano, al justificar las medidas tomadas por los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) al detener el ingreso, de los embarques de azúcar sin refinar y productos terminados a base de azúcar producidos en la República Dominicana por Central Romana Corporation, alegando abuso de vulnerabilidad, aislamiento, retención de salarios, condiciones abusivas de trabajo y de vida, y exceso de horas extras; irregularidades que aseguran, prevalecen en los campos cañeros dominicanos.
Resulta irónico que hace precisamente 5 meses, nuestro presidente Luis Abinader exhibió al señor Robert W. Thomas, y a Rebecca Latorraca, directora USAID, el funcionamiento del programa Oportunidad 14-24, que beneficia a jóvenes de barrios populares, del que ya habían instalado unos 39 desde su llegada al gobierno, y que pretende instalar hasta este año unos 100, hasta final de gobierno con 150.
Pero cabría preguntarse: ¿qué es o quiénes son «Central Romana Corporation» por el que los Estados Unidos nos hace ver como una basura ante el mundo?
En 1912, la South Porto Rico Sugar Company, adquitió en este país en la parte norte de La Romana, unos 20 mil acres de terreno, para la producción de caña y llevársela a Puerto Rico, siendo procesada aquí; entre 1964 y 1967, la Gulf & Western, de capital norteamericano, se convirtió en la nueva dueña del «Central Romana Corporation», siendo adquirido posteriormente en el 1984, por «Los Hermanos Fanjúl». Hoy, ese gran emporio se ha convertido en dueño de Casa de Campo, Costasur, Altos de Chavón, La Marina, el Aeropuerto de La Romana, Muelle Turístico, equipo de beisbol los Toros del Este, Zona Franca de La Romana, Higüeral, Papagayo, entre otros.
Los «Hermanos Fanjúl», son cuatro miembros de una familia cubana (Alfonso José, Alexander y Andrés), que abandonaron a Cuba en 1959, tras el ascenso de Fidel Castro al poder, radicándose desde entonces en los Estados Unidos (en donde poseen grandes plataciones de caña de azúcar y cuantiosas inversiones) país del cual son ciudadanos. Su poder es tan grande, que hoy día, de cada 3 libras de azúcar que llegan a los hogares de USA, 2 son producidas por los «Hermanos Fanjúl».
Visto lo anterior, si los Estados Unidos pretenden hacernos ver ante el mundo como una letrina, es porque ellos nos han aportado los excrementos. Si la Central Romana Corporation comete las arbitrariedades, crueldades y maltratos a los que se han referido las autoridades americanas, quienes tenemos que revisarnos no somos los dominicanos, sino los Estados Unidos que son los dueños de ese conglomerado empresarial radicado en este país.
Sus rabietas de niños malcriados, obedecen a su recóndito interés de que acojamos en nuestro territorio a cuantos facinerosos y depredadores haitianos deseen habitar en el oriente de la isla, mientras ellos están sacando a los que se encuentran ilegales en el suyo. Ese interés manifiesto no lo expresan por humanidad ni amor al pueblo haitiano, sino por el interés que tienen en los recursos que poseen. Como dominicanos debemos mantenernos firmes y enérgicos en contra de la invasión haitiana. Los Estados Unidos que manden en su imperio; a nosotros que nos permitan mandar en el nuestro.
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