UN TAL CHARLES HENRI SANSON

UN TAL CHARLES HENRI SANSON, NOVELA DE ALDO SOLÉ

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Por Rafael Pineda

MONTEVIDEO, Uruguay- ¿Quién es ese tal Charles Henri Sanson, aludido en el título de este comentario? ¿Será el mismo que ejecutó al rey Luis XVl? ¿El mismo que a los nueve meses de este episodio, en el centro de la Plaza de la Revolución y ante una multitud enardecida que al grito de viva la república clamaba justicia , levantó la cabeza de la reina María Antonieta (esposa del rey), apodada “el azote de Francia”?

Lo vamos a descubrir en las páginas de esta sorprendente novela escrita por el historiador, profesor y novelista uruguayo Aldo Solé, publicada por Antítesis Editorial.

Aquí se cuenta la vida de un hombre, pero también de la época más oscura, y de episodios memorables de la Revolución francesa. Charles Henri Sanson, el protagonista de esta novela, confiesa tener las manos manchadas de sangre. Pero “Mandado por otros”, aclara con premura para intentar salvarse un poco del juicio de la historia. Gozó de la distinción de ser el verdugo favorito del rey Luis XVl, a quien, obedeciendo ante un brusco girón del destino, terminó ejecutando. Pero también ejecutó a príncipes y a los líderes revolucionarios Georges Jacques Danton y Maximilien Robespierre (“el incorruptible”), y a decenas de revolucionarios, soldados, empleados, obreros, campesinos, estudiantes.

Charles Henri Sanson es el mayor verdugo de todos los tiempos. Bajo el hacha y la guillotina manipuladas por sus manos, rodaron casi tres mil cabezas. Aldo Solé nos lo cuenta con pericia, y lo hace aparecer como un héroe, como un personaje mitológico y en ocasiones, como una victima del cruel destino, como un desdichado que en el insípido retiro de un otoño que tal vez llega a su fin, cuestiona su pasado y desde el rincón de una taberna, acompañado por una jarra de cerveza cuestiona el triunfalismo de quienes mandan, y los festejos que hacen estos cuando entran en un período de paz, una paz en la que ellos mismos no creyeron porque el destino del hombre es volver siempre a la guerra (que me desmientan cinco mil años de historia).

Desde aquella taberna parisina Charles Henri Sanson hace un repaso. Su oficio se adquiría por herencia, iba pasando de generación a generación. Recuerda, con un impresionante registro mental, a cada obrero o ilustrado, a los príncipes y a los reyes a quienes les cortó las cabezas con su afilada hacha. Después de una exitosa carrera y al final de sus días, expresa con amargura lo que parece un arrepentimiento: “Maldigo el día que mi bisabuelo, un soldado del ejercito real francés llamado Charles Sanson de Abbeville, aceptó en 1688 ser designado verdugo de París” (pag.14).

El padre de Charles Henri, Jean Bapotiste Sanson, se inició a los 7 años de manos de su padrastro (segundo marido de su madre) Francois Prudhomme.

Para comprender el momento en que la justicia nace como barbarie, es necesario leer todo lo que sigue en esta novela que, conduciéndonos a través de túneles poblados por sentencias y dictámenes oscuros, desentraña parte de la historia francesa y procesos verdaderamente desgarradores.

A los 18 años quedó marcada la vida de Charles Henri Sanson. Fue el momento del año 1757 cuando presenció la ejecución (llevada a cabo por su padre) de Robert François Damiens, el regicida que atentó contra la vida de Enrique XV.

Aquella fue la ejecución más atroz que registrara la memoria de las multitudes que gritaban emocionadas aplaudiendo el dolor ajeno. Eso iba en contra de todo derecho humano, pero era el signo de una época donde se practicaba la barbarie con nombre de justicia.

“Para comenzar, se le aplicaron tenazas al rojo vivo en testillas, brazos, muslos y pantorrillas y luego se vertieron en sus heridas cera caliente, plomo fundido y aceite hirviendo” (pag.17)

En otra parte dice:

“Atención aparte mereció su mano derecha, con la que apuñaló al rey. Fue quemada con fuego de azufre” (pag.17)

Charles Henri Sanson nació, creció y vivió siendo testigo y ayudante de ejecuciones y torturas y esta novela viene a ser una recreación histórica, o un episodio novelado de la historia de la Francia del siglo XVlll.

Como en toda novela histórica, resulta difícil aquí identificar dónde termina lo real y en qué lugar queda la invención.

Lo cierto es que hay en las páginas de este libro un proceso de búsqueda que nos conduce a entender los temas que desde hace miles de años separan lo justo de lo injusto. Lo correcto de lo incorrecto. Los caminos del bien de los de la maldad.

Pongamos la historia en su justo lugar y veamos descubierto el comportamiento de los hipócritas.
Pienso que hay en este libro un desenmascaramiento. Se desenmascara al poder, a los que, en nombre de la moral y de la ley golpearon el derecho ajeno, retorcieron la verdad, aplicaron métodos coercitivos en contra de los hombres que dijeron lo que pensaron y actuaron conforme a su pensamiento.

Durante varias décadas los países de América Latina sufrieron la presencia de dictaduras militares y civiles que aplicaron despiadados métodos de tortura. Inclusive hoy se reciben denuncias de torturas inimaginables aplicadas en contra de los ciudadanos de sus propios pueblos. ¿Dónde aprendieron esos métodos? ¿Quién fue el maestro? ¿En qué lugar se pusieron a prueba por primera vez?

Esta es la amena narración que nos regala la pluma de Aldo Solé, quien con anterioridad nos había entregado otra novela histórica: Esa tierra firme que marea. Andanzas del capitán Hunter; y el libro de cuentos Tierra tempestuosa.

Autor

Rafael Pineda

Poeta. Reside en Uruguay.

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